Un peeling consta de una exfoliación que va más allá de la capa superior de la piel y se encarga de renovar las capas superficiales para que tenga un mejor aspecto. Este proceso es ideal para eliminar las manchas de cualquier tipo, recuperar el tono y la luminosidad de la piel, reducir los poros, activar la circulación de la piel y además es perfecto para los primeros signos de edad.
Existen diferentes tipos de peelings, pero uno de los más comunes (y más utilizado) es el peeling químico, que es justo como su nombre lo indica: consta de aplicar una serie de químicos en la piel que son conocidos cómo ácidos. Chill out! ácidos diseñados específicamente para tratar la piel y no dañarla como BHAs y AHAS.
Al momento de aplicarlos, es probable que sientas un cosquilleo o ardor, pero eso quiere decir que los ingredientes están haciendo su trabajo. Una vez terminado este proceso, lo más común es que tu piel se ponga roja y/o se empiece a ‘descarapelar’ pero no te alarmes, es completamente normal y con el paso del tiempo irás viendo cómo el aspecto de tu piel es mucho más saludable, hidratado y luminoso.


